Patakines de Elegua
1er Pataki: Eleguá y el campesino egoísta que lo perdió todo.
Cuentan que había un campesino que tenía una hermosa cosecha de verduras y viandas. Las coles, acelgas, papas y boniatos, se mostraban en todo su esplendor, por lo que el hombre se volvió vanidoso y tacaño.
El campesino no ayudaba a sus vecinos ni regalaba una sola de las verduras a los necesitados del pueblo. Un día Eleguá quiso hacerle una visita y pasó por allí disfrazado de mendigo. Cuando vio al campesino, le pidió algo para comer, pero el agricultor se negó rotundamente.
Así que Eleguá decidió enseñarle una lección y al otro día volvió disfrazado de inspector y le afirmó que el rey mandaría a tumbar todos los sembrados, pues hacían daño a la salud. El hombre enfurecido le dijo a Eleguá que antes que eso sucediera, él mismo acabaría con toda la cosecha. Así que tomó un machete y comenzó de inmediato a cortar las plantas.
El campesino enfurecido fue al palacio a reclamarle al rey para manifestar su descontento, se enteró de que todo había sido un engaño, pero ya era tarde, había perdido todo lo que poseía por su falta de humildad.
Este patakies nos enseña que hay que tener compasión por los más desposeídos y ayudar al prójimo y no ser avariciosos porque podemos perderlo todo.
2do Pataki: Como Eleguá salvó a Olófin.
En una ocasión Olófin el orisha creador del mundo y patriarca de todos los yorubas, estaba muy enfermo y no se conocía porque empezó a enfermar o de dónde venía tal enfermedad. Entonces todos los Orishas al enterarse que Olófin estaba débil y enfermo acudieron a su presencia para intentar curarlo pero todos los intentos de los Orishas fueron en vano ya que Olófin no mejoraba
Eleguá al escuchar tal tragedia le pidió a su madre que lo llevara ante Olófin afirmando que lo curaría, una vez ante su presencia. Eleguá preparó un brebaje que pidió a Olófin que lo tomara. Olófin lo tomó, haciendo una mueca en su cara porque el cocimiento era muy amargo. Desde ese dia Olófin comenzó a recuperarse y fortalecerse. Entonces Olofin le dijo a Eleguá con estas palabras:
“Siendo tu el mas pequenos de mis Orishas y mi mensajero, desde ahora serás el más grande en la tierra y en el cielo y sin tu permiso no se podrá hacer nada”
En ese momento Olófin le entregó a Eleguá la llave de todos los caminos que tiene la vida.
3er Pataki: ¿Por qué en las ceremonias se honra a Eleggua el primero?
Después de haber creado el mundo, Olofin el creador, contrajo una grave enfermedad que debilitó sus poderes y su fuerza. Como no encontraba como curar su mal, llamó a cada uno de los orishas para ver si podían curarlo con el ashé que él mismo les había dado. Uno tras otro intentaron curarlo, empezando por Orula y su oráculo de Ifa, seguido por Babalu Aye, Yemaya y Oya, pero ninguno de ellos consiguió su curación. Viendo que no podían solucionar este grave problema, se reunieron todos los orishas alrededor de Olofin para meditar sobre lo que debían hacer. En ese momento llamaron a la puerta y era Eleggua, quien había oído que Olofin estaba muy enfermo y venía a curarlo. Todos pensaban que era demasiado joven e ignorante, pero él había venido a demostrarles que estaban equivocados.
Los orishas no confiaban en Eleggua pero Olofin les dijo que todos ellos lo habían intentado sin conseguirlo y que Eleggua merecía también su oportunidad. El había estado mucho tiempo vagando por los bosques y había aprendido muchas cosas.
Cuando se quedaron solos Olofin y Eleggua, éste sacó de su mochila un manojo de hierbas frescas, las trituró, les añadió agua y se las dio a beber a Olofin, diciéndole que en cuanto las bebiera, estaría curado. Y así fue.
Entonces Olofin llamó a los orishas que estaban fuera y les dijo que Eleggua había curado su enfermedad y que el joven inexperto había adquirido una gran sabiduría y merecía el reconocimiento de todos ellos.
Para recompensar a Eleggua, Olofin decidió que a partir de entonces Eleggua sería el primer orisha que debía ser honrado en cualquier tipo de ceremonia y el guardián de los caminos y de las puertas, entregándole para ello una llave de oro. Además, sin el permiso de Eleggua no podría realizarse ningún tipo de trabajo, ya fuera pequeño o grande.
Eleggua no intentó en ningún momento humillar a los otros orishas por su fracaso ante Olofin y se mostró humilde y amigable, por lo que todos los orishas acataron la orden de Olofin.
Es por ello, que desde entonces Eleggua tiene un puesto de privilegio entre los orishas.