Historia
Conoce la verdadera historia de Eleguá hijo de Okuboro rey de Añagui, se dice también que fue hijo de Obatalá y Yembo, hermano de Dada, Orunmila, Shangó, Ozun, Oshosi y Oggun.
Cuenta la leyenda que cierto día eleguá se encontraba caminando con sequito y se encontró algo brillante con tres ojos que se encontraba en el suelo, al recogerlo se percató que era un fruto del cocotero que se había caído y lo recogió, porque le gusto lo que vio en el, pero al tomarlo en sus manos una voz dentro del fruto se escuchaba que le decía: “Cuídame y líbrame de las polillas y los gusanos que querrán comerme con el tiempo, si me proteges, te daré salud y prosperidad”.
El niño prometió cuidarlo mientras viviera y se lo llevó al palacio donde vivía, al contar lo sucedido todos se rieron y se burlaron de el, incluso tomaron el fruto del cocotero como pelota y empezaron a lanzarlos de un lugar a otro, sin que eleguá pudiera evitarlo, al percatarse de la situación un consejero del rey le recomendó guardarlo y esconderlo para que se olvidaran del acontecimiento.
Esta recomendación fue algo fatídico y lamentable para aquel niño, que tomando el consejo de aquel sabio anciano, y que ni siquiera se imaginaba lo que estaba por suceder, en efecto el joven guardo el fruto del cocotero pero al poco tiempo enfermó y a los tres días siguientes murió.
Ante tal acontecimiento todo el reino lloró la muerte del príncipe, luego de eso pasaron por una difícil situación a la que le atribuyeron al coco que el niño había encontrado en su caminata con su sequito, a causa del abandono del fruto por parte del niño, este estaba vacío y se lo habían comido los gusanos, por esta razón acudieron a un adivino de la corte y este les dijo, que dentro de ese coco vivía un genio muy bueno y que a causa del abandono del fruto fue que murió el príncipe, el genio se sintió ultrajado y por eso tomó la vida del niño.
En su afán de arrepentimiento el rey mandó a venerar al coco y a pedir perdón, pero su mirada ya había perdido su brillo para siempre, entonces volvieron a llamar al adivino y este les recomendó: “Deben colocarles ojos, boca y oídos para que nos escuche y pueda hablarnos”.
Fue así como le incrustaron en los ojos par de caracoles y así el genio pudo ver, le colocaron por oídos dos conchas y así el genio pudo escuchar las plegarias de sus seguidores y le colocaron la boca y así pudo hablarles a todo el pueblo al cual perdonó y que le transmitió todo su conocimiento.
De esta manera los mas viejos decidieron colocar una piedra en donde estaba el coco, justo detrás de la puerta, este se dice que es el origen de eleguá como orisha, vive regularmente detrás de la puerta cuidando y resguardando la casa o ile de quien tenga el gusto de poseerlo, se dice que eleguá es quien abre la puerta de la felicidad o la infelicidad de los seres humanos, además de ser el portero de las sabanas y los montes.
En el grupo de los guerreros eleguá es uno de los primeros que se recibe junto a Oggún, Osun y Oshosi, se ganó el privilegio de ser uno de los primeros en ser atendido ya que fue el único en ir y regresar del mundo de Ara Onu, es por eso que su mano de caracoles es la posee el mayor numero con 21, siendo este el mismo número de sus caminos, le pertenece al igual que a Obatalá el oráculo del coco o obi.
Todos los días lunes o los días que lleven la numerología 3 están asociados a eleguá, su simbología son las rocas o piedras, y es considerado el mensajero de Olofín, desde gran importancia en la religión, es el primero en ser llamado a cualquier acto y el ultimo en retirarse, es el inicio y el fin de todos los caminos, del bien y del mal, de la vida y de la muerte.
Es considerado también el mensajero de los dioses y todas las ofrendas ofrecidas a ellos pasan por las manos de eleguá y si este no quiere que lleguen las ofrendas, pues no llegarán.
Al juntarse con Oggun y Oshosi se convierte en un guerrero indetenible, fuerte y poderoso, se ha ganado su puesto de ser el primero de los guerreros en ser recibido, al vencer a Olofi, Obbatalá y Orula, es por ello que posee este privilegio entre los cuatro primero guerreros.
Para las ofrendas y rituales a eleguá se le puede ofrecer pescado, maíz tostado, coco, manteca, aguardiente, tabacos y dulces, en cuanto a los animales ofrecidos se pueden destacar los chivos, gallos y pollos y dependiendo de la ceremonia se escogerán animales más complejos según la ocasión.
En el espiritismo eleguá se manifiesta corriendo y colocándose detrás de la puerta, suele dar brincos y realizar muecas infantiles, se contorsiona y juega como un niño, a veces sus movimientos pueden ser eróticos y puede además jugarle bromas a los presentes, desaparece y puede reaparecer de la forma o de la manera menos esperada para todos, se puede parar en un pie y da vueltas muy rápidamente.
Se aconseja darle un garabato o palo de guayaba con lo que hará las veces de abrir el camino entre el espeso monte y la espesa vegetación, los danzantes a su alrededor lo imitaran o bien sea de manera individual o colectivamente, y todo lo harán en contra de las manijas del reloj. Muchos discrepan de esta teoría y dicen que resulta difícil que eleguá se manifieste tan fácilmente.
Si deseas conocer mucho más sobre Elegua, conoce su relación con la iglesia catolica AQUÍ
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